“Señor, dame una señal”

Foto: Patricia siempre ha proyectado paz y serenidad.

Hace un año ocurre el primer contacto entre Julio Guillén Armijo y el Dr. José Ernesto Picado Ovares, Coordinador de la atención comunitaria y Cuidados paliativos del Hospital Nacional de Geriatría y Gerontología (HNGG), Dr. Raúl Blanco Cervantes; además, Presidente de esta Fundación (FPD).

Por Ricardo Sossa Ortiz

Periodista

Esto sucede porque a la madre de Julio, Patricia Armijo Carvajal, se la había colocado una sonda en el Hospital San Juan de Dios, debido a la demencia que sufre.

Julio sabía que el HNGG, “tiene unas sondas menos invasivas, por ser de mayor duración”, dice, razón por la que acude al nosocomio en vista de que su madre ya tenía expediente allí.

Se encuentra con lo que él describe como “un hombre muy paciente, puso toda su atención al caso de mamá cuando me dirigieron a él”. Julio se refiere al Dr. Picado Ovares.

Tres años atrás, el médico de cabecera informó a los hijos preparase para las complicaciones que la enfermedad de Alzheimer, que sufre doña Patricia, traería a la vida de todos.

En general, hay un sentido de compromiso y una gran información y programas para cuidados paliativos en la enfermedad oncológica, no así en las enfermedades terminales de otro índole, como la que sufre doña Patricia, igualmente terminales.

La víctima de este hecho, no es solo la paciente, sino sus familiares, denominados “víctimas secundarias” en psicosociología de la dinámica familiar*.

Desafortunadamente, de acuerdo con el Dr. Picado Ovares, las enfermedades no oncológicas, carecen de programas, atención y educación con la que sí cuenta el cáncer, haciendo que las familias de pacientes con enfermedades como el Alzheimer tengan mayor dificultad para comprender y enfrentar eficientemente las consecuencias de dicho mal en sus seres amados.

Llega diciembre 2020, momento de colocar la sonda a doña Patricia, de la que hablamos arriba.

“El Dr. Picado nos cayó apenas”, cuenta Julio, y agrega: “nos ofreció los servicios de la Fundación Partir con Dignidad, pero lo más remarcable para mí, fue la consulta intrafamiliar que nos dio. Es que…estábamos perdidos, confundidos, no sabíamos qué era lo mejor, él nos dio una consulta gratuita a todos los hijos.

Me sorprende el tiempo que nos dedicó, su atención, más de una hora, siendo él un médico tan ocupado, estaba yo más preocupado que él por el tiempo dedicado a nosotros, en nombre de la Fundación que creó. El doctor nos ubicó para que como familia tomáramos la mejor decisión respecto de poner o no la sonda a mamá”.

Como una “bendición” ve Julio el que hace dos semanas le quitaron a su madre la sonda. Ahora está comiendo, con ayuda, pero come y traga bien los alimentos.

Debido a una fractura en el fémur, doña Patricia tiene dos años de no poder caminar y ocupar asistencia total. Ya no habla, pero sigue alerta.

“Yo no sabía qué hacer, día y noche le rogaba a Dios: Señor, dame una señal. Yo sé que ella carece de calidad de vida, pero al estar consciente, creo, la mejor decisión fue ponerle la sonda, mire que hoy ya se alimenta. Sé que llegará el día en que no pueda comer, en que ya no valga la pena una sonda, y en ese momento tomaremos la decisión como familia, con la guía del doctor y la Fundación, quizá, esa decisión sea dejarla de alimentar y ponerla en manos de Dios”.

Julio finaliza su testimonio con una frase, casi sentencia, por su convencimiento: “Dios aún la quiere con nosotros”. Termina.

* Gresle, Franois y otros. “Dictionnaire de sciences humaines. Anthropologie/Sociologie”. Editorial Nathan 1994. ISBN 209-190526-7. Paris, France.

Fotos: Cortesía y autorización por Julio Guillén Armijo/Fundación Partir con Dignidad.