Martirio convertido en bendición
Foto: Al anochecer, Sandra se duerme solo cuando siente la mano de su esposo tomando la suya.
Por: Ricardo Sossa Ortiz
Periodista
Un supuesto tardío diagnóstico la mantuvo con dolores insoportables durante un largo tiempo. Pero la persistencia y cuidos del esposo, hicieron que aquel sufrimiento se desvaneciera; y, hoy, la experiencia ha sido una bendición.
Sandra Quirós Cartín comenzó a sufrir horrorosos dolores de cabeza. Tiempo después fue diagnosticada con Alzheimer, una enfermedad neurodegenerativa, producto de un proceso de neurodegeneración, y que se manifiesta como deterioro cognitivo y trastornos conductuales.
Su esposo, Jorge Trejos Cordero, relató a la Fundación Partir con Dignidad (FPD) que los gritos de dolor de doña Sandra eran desgarradores y no comprendía la causa, si lo que sufría era de Alzheimer.
Es su fisioterapia el primero en sospechar que Sandra sufre de algo más. Esto motiva al esposo a llevarla al hospital de Heredia en donde le practican un tomografía computarizada de la cabeza para lo que se utiliza un equipo especial de rayos X con el fin de evaluar lesiones y dolores en la cabeza, más conocido como “tac”.
Una vez que se obtienen los resultados, doña Sandra es enviada de emergencia al hospital México, en donde es recibida por una neuróloga.
“De repente veo a Sandra que la están pelando ‘coca’”, dice su esposo y deja sentir en su voz la tensión y angustia de aquel momento. La está viviendo de nuevo al recordar.
El “tac” revela que doña Sandra sufre de un hematoma subdural “gigantesco, nunca he visto algo así”, es decir, una gran acumulación de sangre encapsulada en el cerebro, informó la neuróloga.
Es esa sangre capturada lo que provocaba los dolores insoportables en doña Sandra y le advierten a don Jorge que el deterioro en ella es irreversible.
Le drenan los dos costados del cerebro para sacar la sangre encarcelada y responsable del gran dolor.
El martirio apenas comenzaba. A los seis meses de la triste noticia, doña Sandra sufre una neumonía grave, y la hospitalizan. Desdeentonces y hasta hoy, le colocan una sonda para alimentarla.
Es a partir de ese momento que el Dr. José Ernesto Picado, creador de la Fundación Partir con Dignidad, junto con sus compañeros de equipo, comienzan a visitar a doña Sandra en su hogar, brindando asistencia médica y apoyo emocional, sobre todo acompañamiento.
“Yo no tengo cómo agradecer al doctor y a su equipo”, explica don Jorge, quien cuenta un par de anécdotas sobre la vida, hoy en cama, de su esposa: “figúrese que nuestra nieta le lleva muñecas para jugar con ella y le pasa toallitas para humedecer su piel”, dice.
Además, cada noche, don Jorge duerme al lado de su esposa: “ella se me arrima y no se duerme hasta que yo le tome la mano”.
Fotos: Cortesía de Jorge Trejos Cordero.
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