Rosaura Rodríguez

CARTA DE AGRADECIMIENTO

San José, 01 de Junio del 2016.

Doctor Fernando Morales Martínez.
Director general.
Hospital Blanco Cervantes.

Estimado doctor:

Hace un mes falleció mi madre quien fue paciente del hospital que usted dirige. Ahora que tengo más tiempo para reflexionar, me siento motivada a escribir esta nota porque las cosas que no se dicen no se conocen y a veces no se hace justicia con la gente que hace las cosas bien.

Todo el personal evidencia que ha sido debidamente capacitado en cuanto al trato respetuoso y cálido hacia el paciente y sus familiares y eso ya representa un apoyo invaluable a quienes acudimos solicitando atención y ayuda.

Sin embargo, cabe destacar que en el caso de mi madre puedo aportar algunos comentarios adicionales que agradecería no pase usted por alto, ya que, de alguna manera son el día a día de su hospital.

La atención brindada en el departamento de Atención domiciliaria he de decir que es extraordinaria, desde la persona que atiende los asuntos administrativos, (Leksya Niño), hasta el equipo de médicos, enfermeros y profesionales de trabajo social y psicología.

Sin embargo, quiero hacer resaltar la labor del equipo de Cuidados paliativos, ya que ellos son los visionarios en cuanto a las necesidades del paciente terminal y de sus familias.

No es un equipo como otros…. El manejo del dolor crónico, el interpretar el lenguaje oculto en los llantos y lamentos del paciente y sus cuidadores cercanos…eso no se aprende en la Universidad, ese aprendizaje y coraje para tomar decisiones y mantener el rigor profesional no es sencillo y no se aprende de la noche al día.

Este equipo abarca el punto medular que se requiere en estos casos. La parte física, sí, pero hay otros muchos detalles que quizás otras disciplinas obvian o no tienen esa sensibilidad que su equipo sí tiene y lo demostró con hechos más allá del deber.

La fuerza espiritual y la preparación para una muerte inminente que ellos me transmitieron, no tiene forma de medirse. Fué un proceso largo, desgastante, triste y lleno de sorpresas y enigmas – para mí – manejados con ética y profesionalismo que sólo ellos han podido lograr.

Injusto decir nombres para evitar dejar por fuera a alguna persona, pero mi agradecimiento eterno para el doctor Ernesto Picado, la Msc. Elisa Cortés, la Lic. Ersiel Sánchez, la Lic. María Jesús Medrano y el resto de sus compañeros que los apoyan desde camilleros, chofer, entre otros.

Nunca olvidaré su acompañamiento y le pido a Dios contar con ellos cuando me corresponda ser su paciente.
Con un abrazo solidario, me despido,

Rosaura Rodríguez Umaña
Cédula 1-459-859.
Expediente 1217728 de María Vilma Umaña Quirós.