Un ángel llamado Ersiel

Foto: Ersiel durante una vista domiciliar a uno de sus pacientes

Por: Ricardo Sossa Ortiz

Periodista

Su remarcable sencillez, carente de ambición por ser protagonista, la hizo rechazar esta entrevista. La aceptación llegó luego de explicarle que con su testimonio fortalecería aún más aquellas familias pasando por el proceso de la fase terminal de sus seres amados. Entonces dijo “sí, está bien”.

 

Su nombre es Ersiel Sánchez Villegas. Cuenta con 34 años como enfermera en el hospital Nacional de Geriatría y Gerontología (HNGG) y desde hace 10 años enfermera de la consulta externa que implica visitas a pacientes en sus hogares como parte del programa de visita comunitaria del hospital.

Para los lectores de esta página, específicamente de la sección de “testimonios”, Ersiel no es ninguna extraña. En las diferentes entrevistas testimoniales, se lee cómo los familiares, de forma constante, se refieren a ella como el “ángel” que trae paz y alivia el dolor.

Ersiel inicia su relato recordando a su exjefa y gran motivadora, la enfermera Alejandra Alfaro. “¿Estás feliz?” le preguntaba con cierta frecuencia esta exjefa, mentora e inspiración para Ersiel.

Este “ángel”, como la llaman sus pacientes, inició labores en el departamento de hospitalizaciones, y ha pasado por distintos departamentos hasta llegar a este de consulta externa, departamento desde el que por fin pudo responder a la enfermera Alfaro: “soy más feliz que nunca”.

Es allí en donde conoce al Dr. José Ernesto Picado, Coordinador de las visitas comunitarias y cuidado paliativo del HNGG.

Ersiel inicia una pasantía en la clínica del dolor, gracias a la cual es asignada como enfermera de cuidados paliativos.

Nueve años antes, esta destacada enfermera sufriría un evento que cambiaría su vida: el joven novio de su amada sobrina sería asesinado a la salida del colegio por un motociclista. Hoy sigue siendo un misterio si fue una bala perdida, si fue confundido o si existía un propósito para tal crimen; propósito del cual dudan.

El joven cae al suelo y es consolado mientras agoniza por su novia, sobrina de Ersiel, al tiempo que tía y sobrina se comunican por teléfono: la enfermera le da indicaciones  de cómo mantenerlo consciente mientras llega la ambulancia. El joven no resiste y muere abrazado a su amada novia.

“A partir de ese momento, a pesar de mi pasantía en la clínica del dolor, logré sentir en carne, mente y espíritu el dolor que pasan las familias ante la pérdida de seres amados y el sufrimiento de las misma”, dice Ersiel a casi una década de ocurrido el suceso.

Este hecho hizo “que me acercara a la muerte en carne propia”, confiesa la dedicada enfermera.

Fue discípula de otro “ángel”, el Dr. Isaías Salas, fundador del Centro del Dolor y Director del mismo mientras Ersiel ejercía su pasantía. El Dr. Salas era constante en un mensaje: “todos los miembros que integran equipos de cuidados paliativos deben estar conectados con el paciente y sus familias las 24 horas del día, para asistirlos en caso de emergencias durante horas no laborales, madrugadas, fines de semana, etc.”.

Este mensaje vendría a reforzar aún más la convicción y vocación de Ersiel como enfermera de cuidados paliativos. “Me marcó”, dice, refiriéndose con satisfacción sobre su maestro.

Dos años después de aquellas experiencias, el Dr. Picado crea la Fundación Partir con Dignidad (FPD), cuya función principal es dar acompañamiento 24/7 a los pacientes en cuidados paliativos, a sus cuidadores y familiares; tal cual lo enseñaba el Dr. Salas.

Ersiel comprende entonces que su misión básica es “dar acompañamiento médico y humano, ofrecer una escucha activa, tarde, noche, madrugada, fines de semana”, había aprendido la lección de aquel mentor.

Esto favorece una unión inseparable hasta hoy con el Dr. Picado Ovares y la FPD.

Más que el servicio médico, Ersiel, con los compañeros del HNGG y de la FPD, encabezada por su Presidente, el Dr. Picado Ovares, organiza recolecta de productos como diarios, obsequios navideños, pañales, y así muchas otras actividades para suplir necesidades básicas de sus pacientes y familias.

Ersiel ha tenido dos influencias que también la han marcado positivamente, sobretodo en cuanto al concepto de la compasión. Ella se refiere a sus compañeros de equipo: la psicóloga Elisa Cortés Amador y el Dr. Picado.

“Hay ocasiones en las que nos da miedo sentir compasión, por el dolor que podría representar. Elisa me enseñó a no ser duros con nosotros mismos, sino amables. La humanidad necesita de esta compasión, misma que profesa con sus hechos el Dr. Picado, y los profesionales de cuidados paliativos aún más”, agrega firme y dando pie a la pregunta final: “¿Ersiel es feliz al enfrentar tanto dolor ajeno?”,  como le preguntaba su exjefa y mentora… “Sí lo soy, plenamente, por mi conexión con el ser Supremo; Dios me trajo aquí y no quiero ir a otro lado”, responde casi cortando la pregunta expuesta, por la seguridad que siente de ser hoy más feliz que nunca antes.

“Lo peor no es pensar que vamos a morir, debemos enfocarnos en cómo vamos a morir. Las personas a nuestro alrededor son actores que pueden facilitar una buena calidad en la transición hacia la otra vida. No es fácil, pero son cosas que debemos hablar en familia, asumirlas con calma, educarnos, y así vencer la dificultad de algo que es tan natural como el nacimiento mismo: la despedida terrenal”, concluye con un tono sabio, casi celestial.

Fotos: Cortesía Ersiel Sánchez / FPD